Cuando internet se convierte en una trampa
La felicidad virtual tiene muchas caras: una espléndida victoria en un videojuego, una publicación que gusta o conseguir una ganga comprando por internet. Pero rápidamente crece el deseo de más, más adrenalina, más repercusión, chollos aún mayores. Así pueden pasar muchas horas o, incluso, días y noches. La adicción a internet suele desarrollarse muy lentamente hasta que ya no puede controlarse, a veces con graves consecuencias para la salud mental de los afectados.